Hoy critico yo: X-Men, La Decisión Final

Entre hoy y mañana realizaré la crítica de la ¿última? parte de la trilogía cinematográfica X-Men. Hoy hablaré de las dos primeras partes y del cómo se llegó a dar realidad la adaptación de los cómics más vendidos en el mundo.

Durante la década de los noventa se venía intentando realizar una película de superhéroes basada en las aventuras de la Patrulla-X (además del largo proyecto de James Cameron, llevar a Spiderman a la gran pantalla). Muchos rumores, guiones ficticios, actores para los papeles protagonistas, como Harvey Keitel como Lobezno o Angela Basset como Tormenta, cambios de estudios, llevaron a pensar que nunca se realizaría una película mutante.
Con el nuevo siglo, con la dirección de Bryan Singer, el inteligente guión de David Hayter, y la batuta de la productora de Richard Donner, se estrenó X-Men, magnifica película de ciencia ficción, donde el realismo era la tónica a seguir, donde los personajes se definen en pocas líneas de forma correcta y acertada, una trama sencilla pero efectiva, donde el espectador creía de verdad que existían seres con poderes asombrosos, los mutantes (pautas que Sam Raimi siguió a raja tabla en Spiderman). Singer crea una película de personajes, donde sus poderes mutantes no son lo importante.
Tres años después, con muchas discusiones y trabas por parte de la Fox a Singer, que estuvo a punto de ser despedido, la Patrulla-X obtuvo su secuela, X2; más medios económicos y técnicos, por no decir, de más metraje para desarrollar el numeroso elenco de personajes; nos encontramos frente a la mejor adaptación de superhéroes de la historia. La trama se hace más compleja y los personajes evolucionan, el conjunto global ha madurado. No hay que olvidar el excelente trabajo de caracterización y diseño de Rondador Nocturno, nunca una película ha comenzado de la mejor manera posible; por no decir su gran final, con un continuará de esos que piden ya su desenlace, la muerte de Jean Grey y su resurrección como el Fénix, intuida a lo largo de todo el metraje.

Pero todo lo bueno se acaba. Los innumerables retrasos por parte de los estudios Fox, la subida de caché de varios de sus protagonistas, dejaron las puertas abiertas a Warner Bros para ofrecer a Bryan Singer su sueño de juventud, Superman (hay que apuntar que Singer es Gay, muchos han visto un filón para realizar bromas al respecto); Singer aceptó e incluso propuso a la Fox realizar a la vez ambas películas, pero los altos directivos le espetaron que solamente podía elegir una.
Entonces la tercera parte de la saga mutante se quedó sin director, guionistas, y el equipo creativo y diseño, que volaron a Australia bajo la capa del chico de azul. En una carrera atropellada se buscó un director que continuara el trabajo realizado por Singer y su equipo. La primera opción fue Matthew Vaugh, productor de Snatch, Cerdos y Diamantes, y, Lock and Stock; director novel que realizó un primer guión de la película junto a Simon Kinberg y Zak Penn, buscó un nuevo equipo artístico, y contrató a Vinnie Jones y a Kelsey Grammer para el papel de la Bestia. Cuando todo estaba dispuesto para comenzar a rodar, dejó el rodaje a menos de un mes para su comienzo. Independientemente de la excusa que puso, el rodaje le quedaba grande.
Y de nuevo una frenética búsqueda de un director que fuera capaz de rodar de inmediato. Nombres como Guillermo del Toro (enfrascado en Segovia en el rodaje de El Laberinto del Fauno) y Joss Whedon (que formó parte de los dos guiones de las películas anteriores), eran no solo los más aplaudidos y alabados por los fans y los medios, sino una elección inteligente. Al final, el director de El Dragón Rojo (su mejor película) y las dos Hora Punta, Brett Ratner, fue quien se llevó el premio, una semana antes de comenzar el rodaje, rodar el gran final de la trilogía mutante.
Ironías del destino. Brett Ratner era el primer elegido por la Fox, para llevar al celuloide las aventuras de la Patrulla-X desde el inicio.

Continua...