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jueves, septiembre 08, 2005

Hoy critico yo: Guardianes de la Noche

Cuando te acuestas a las siete de la mañana, y te levantas con una resaca de campeonato, solo tienes dos cosas que hacer, te quedas en la cama durmiendo la mona o te apoltronas en el sofá y ves la televisión sin importar el canal. Pues yo me he ido al cine.
Y que me he encontrado, pues el enésimo enfrentamiento entre el bien y el mal, los guerreros de la luz contra los guerreros de la oscuridad. Original a más no poder.
Guardianes de la Noche, es el inicio de una trilogía literaria creada por el escritor ruso Sergei Lukyanenko, seguida por Guardianes del Día, y, Guardianes del Crepúsculo. La batalla eterna entre las dos fuerzas se encuentra en una tenue tregua desde hace miles de años, por ello se optó que ambos bandos controlarán la situación vigilando a su contrapartida en su terreno: la luz actuarían por la noche, y la oscuridad por el día.
Cada guerrero es un humano con un poder especial, los Otros (nada que ver con la película de Amenabar); unos pueden convertirse en animales, otros ven el futuro, cualquier poder inimaginable. Cuando uno de estos Otros es localizado, debe elegir libremente a qué bando quiere pertenecer, sin ningún tipo de intercesión por parte de los bandos.
La película empieza de manera trepidante y un tanto confusa en la Rusia actual, presentando a nuestro protagonista, un antihéroe que eligió el bando de la luz hace doce años, cazando a dos vampiros que pertenecen a los guerreros de la oscuridad, y en el transcurso de la cacería descubre que una mujer posee una maldición mitológica que traerá el caos, todo ello envuelto con una profecía que traerá a un Otro único que dará la victoria al bando que elija, y no, no es Neo.
Y con esto se desarrolla una trama sencilla durante dos horas, de grandes aciertos visuales, de atmósfera barroca y sucia, con momentos sacados de cualquier videoclip de Marilyn Manson, pero de gran atractivo visual.
Película rodada con escasos cuatro millones de Euros por el llamado Tarantino ruso, Timur Bekmambetov, debo decir que no tiene nada que envidiar con cualquier otra proveniente de Hollywood, sino más bien al contrario (se gastan cien millones y no consiguen ni unos buenos efectos y mucho menos una historia aceptable, vease Van Helsing).
Los excelentes efectos especiales son abundantes, necesarios para crear el mundo creado por Lukyanenko, de igual modo que Peter Jackson con su Señor de los Anillos, pero que únicamente entorpecen en las escenas de acción, confundiendo al espectador, aunque creo que esa es la intención del director. Por lo demás una manera más de entretener durante dos horas, sin tener que pensar mucho, alejada de toda la fanfarria metafísica filosófica que creó en su día la Trilogía Matrix.
El cine ruso ya posee su propia trilogía fantástica, y nosotros tenemos a Torrente. Qué se le va hacer.
Por último un detalle: fuí a ver la película a las cuatro de la tarde, en una sala de 52 butacas; pues bien, estuve yo solo durante toda la proyección; algo inaudito, y más por que ha sido la tercera película más vista en España, solamente superada por Embrujada, y, Señor y Señora Smith.