Ante todo nunca me ha gustado Superman; mucho deben cambiar las cosas para que pueda disfrutar de un cómic de Superman, sin tener en cuenta quién lo escribe y quién lo dibuja, disfrutar solamente con el personaje en sí. Tampoco la película de Richard Donner me satisface mucho; la encuentro entretenida en algunos momentos, pero no acaba de convencerme en general; prefiero su secuela.
Nunca he entendido la fascinación que posee el personaje entre autores, cineastas, y público en general, ya que tratar que sea la bondad personificada, la moralidad más absoluta, que sea súper en todo, el Ser perfecto, me resulta muy poco atractivo, ya que se aleja del héroe con pies de barro de Marvel o la figura atormentada y humana de Batman, que realmente me atraen (no me identifico con la búsqueda psicótica de venganza de Bruce Wayne, pero es un personaje más interesante y complejo frente a la candidez de Clark Kent).
Superman Returns, es una apología del mito de Superman. Superman Returns, es una gran película, es espectáculo. Superman Returns, es una película valiente, es la historia de un ser humano, que siente y padece, que tiene sentimientos, que se encuentra solo, debido a una peculiaridad que lo distingue a cualquier otro, es alguien único.
Bryan Singer ha sido valiente, ha dado sentimientos a un dios, hacerlo cercano al espectador, creíble dentro de sus posibilidades, no olvidemos que es un alienígena con superpoderes; ha logrado que sea imperfecto. Con solo este logro ha logrado salvar, no solo la franquicia cinematográfica, sino al mismo mito en particular. Tenemos un héroe con dudas, siente celos, se convierte en ocasiones en alguien desconfiado de sí mismo; la escena donde espía a Lois con su nueve familia es extraña y atrayente por ver algo inusual en alguien como Superman.
Superman no interesa a nadie, no vende cómics como hace décadas, no asombra ni sorprende. El Superman de Singer, sí. Se rescribe, da la vuelta por completo toda la historia del Hombre de Acero, pero sobre todo a su personalidad.

La acción continua desde la segunda parte cinematográfica, obviando las dos partes siguientes (derroche de mal gusto), cuando
Ka-El vuelve de un viaje de seis años del espacio en busca de su planeta natal,
Krypton, encontrando una sociedad que ha sabido sobrevivir sin él;
Lois Lane es madre y su mayor detractora, y ha encontrado a un nuevo amor en su vida, el sobrino de
Perry White, un héroe sin necesidad de volar;
Lex Luthor está en libertad debido en parte a su ausencia, y ha robado todos sus secretos.
Bryan Singer recoge la antorcha de
Donner, de tal manera que la vuelta a la vida pública de
Superman se resuelve de la misma manera que en la primera parte, recuperando también parte del diálogo y frases de la misma.
Se sigue la misma línea de realidad imperante en sus dos anteriores trabajos,
X-Men y
X-Men 2, y a diferencia de estos donde el presupuesto era más limitado que en
Superman Returns (la suma de ambos es menor que esta), continua con su austeridad a la hora de enseñar a
Clark Kent en su papel de salvador, algo que se agradece, por que sus escasas escenas heroicas son más que suficientes y efectivas por sí mismas. Este es un punto que a mucha gente no guste, ya que si vas a ver una película de
Superman, quieres ver a
Superman, no una película coral donde sale el chico de azul de vez en cuanto, cuando es necesario (algo parecido ocurre con
Hulk de
Ang Lee).

De las numerosas virtudes que tiene el film, hay un punto negativo que destaca sobre todo el trabajo realizado por
Singer y su equipo, la historia. No sabemos si es un remake de la película de
Donner o es un tributo a ella, ocurren exactamente las mismas cosas en ambas películas: el mismo plan maestro de
Luthor y como logra vencer a
Superman, el cómo vuelve
Superman a la vida pública (cambiamos helicóptero por trasbordador espacial), el inicio y el final de la película, es idéntico, y algún detalle más como el vestuario elegido para los protagonistas que parece sacado del guardarropa de hace 28 años (
Jimmy Olsen con pajarita).
Aún con estas semejanzas, la historia es mucho mejor que su predecesora, ocurren más cosas, alguna de ellas muy importantes; existe una evolución en los tres personajes principales. La elección de los protagonistas no puede ser de lo más acertada.
Luthor no es el villano ridículo que interpreto
Gene Hackman,
Kevin Spacey dota de personalidad a su papel, aunque está lejos del manipulador y tenebroso
Lex Luthor de la serie
Smallville.
Kate Bosworth es perfecta para el papel de la
Lois Lane del Siglo XXI, aunque resulta físicamente poco espectacular, tiene el suficiente atractivo para encandilar a más de uno (mi elección era
Jennifer Love Hewitt). Y
Brandon Routh, no solo es idéntico al mal logrado
Christopher Revee en su papel de
Clark Kent, es
Superman, en todo (posee más musculatura que
Revee, y eso que había criticas que decían que no tenía hombros suficientes), es la elección perfecta para el papel.
Quisiera destacar una escena en concreto. Es aquella donde el hijo de
Lois mira a
Clark que está delante de una foto de
Superman, dándose cuenta de algo muy obvio: unas gafas no ocultan el rostro de la figura más conocida del planeta.
Es una película de autor, ajena a las producciones actuales de acción y efectos especiales, pero no deja de ser una superproducción, la más cara de Hollywood (presupuesto que oscila entre 144 y 204 millones de dólares), el capricho de
Bryan Singer desde su infancia (también es adoptado como
Ka-El), que ha logrado conseguir; que además deja una difícil situación a su secuela (a día de hoy,
Warner Brothers no está muy dispuesta a rodarla, ya que no ha recaudado lo provisto, casi 200 millones solo en los Estados Unidos, un fracaso total en taquilla por lo visto), por algo muy importante que ocurre en la película, posiblemente, lo más importante de toda la historia de
Superman, que me gustaría saber como son capaces de resolverlo.
Superman Returns gustará y aborrecerá por partes iguales, es una buena película de superhéroes, y es una buena película de personajes, pero sobre todo es una buena manera de ver a un icono desde otra perspectiva.